lunes, 1 de diciembre de 2008

Desafió a la nieve en la Peña de Francia.


Un temporal provoca que los frailes del santuario Mariano vivan largas jornadas de aislamiento sin luz, sin agua y sin calefacción.


CASAMAR/ J.DE LA LAMA

Tras más de 5 siglos venerando al Santuario Mariano de la Peña de Francia, los frailes dominicos guardan hoy en día el secreto de la primera comunidad que se alzo a la cumbre serrana para proteger la ermita que vigía la imagen descubierta por Simón Vela. Un legado que guarda un extenso anecdotario para sobrevivir a heladas como la de ayer que obligó a cortar la carretera de acceso y por tanto incomunican a los pocos habitantes de la idolatrada cumbre.

Un aislamiento que para los dominicos se ha convertido en rutina y que recuerda ala s primeras batallas de esta comunidad con el duro temporal. Una lucha por la supervivencia que culminó durante siglos con el descenso de los dominico al antiguo convento de la Casa Baja en el Maillo con el único fin de superar a la nieve y continuar con su misión, custodiar a la Virgen de la Peña de Francia.

Una labor que continua en la actualidad con la presencia de un único fraile que tiene que echar mano de las buenas obras de los creyentes y del siempre sugerente anecdotario del entrañable Padre Valentín para superar la nevadas y el frió polar que azota una cumbre que se alza a más 1700 metros de altitud.

Hoy por hoy, es el Padre Ángel el que tiene que cumplir esta función. Un trabajo que como el mismo relata”esta destinado a persona que disfruten con el silencio y la reflexión pues el frió hace mella y muchas veces las tuberías se quedan heladas y te quedas sin agua y las tormentas son como bombarderos que te dejan sin luz y sin teléfono”.

Las estufas de gas y las cantimploras sumados a los arcones de comida y a las conservas son los principales aliados para sobrevivir “dos o tres días de aislamiento que no te dejan bajar al pueblo, ni realizar tus labores diarias”.

Además al mal estado de la carretera desde el Paso de los Lobos hace que múltiples amigos del fraile, “se lo piensen dos veces para subir a echarte una mano por lo que la soledad impera muchas veces”.
La Gaceta de Salamanca (30/11/08)

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